Desde que comencé a experimentar con las recetas de pan sin gluten, hemos tenido muchos grandes aciertos y algunas grandes decepciones saliendo del horno. Hay que reconocer que las mezclas sin gluten son complicadas de hacer y no siempre salen como esperas. En muchos casos son panes que se desmigan fácilmente y con una textura más propia de un bizcocho. Pero después de mucho leer por internet y preguntar a panaderos especializados en pan sin gluten, descubrí que mi problema era que me faltaban ingredientes.
Durante la pandemia del año pasado y con todo el tiempo que tuvimos para practicar en casa, descubrí al espíritu del bosque y sobre todo su libro de cocina. La pandemia nos pilló a punto de ir a uno de sus cursos y finalmente por distintas razones no pude ir. Lo bueno es que aprovecharon para publicar un manual de pan casero sin gluten al que le he sacado mucha miga. En el libro explican diferencias entre harinas sin gluten, aditivos que se usan para sustituir al gluten, almidones, proporciones… y dan muchas ideas de recetas.
Esta receta es una variación sobre una de la que incluyen en el libro, que al final es la que más estoy usando porque da muy buen resultado. Sí que es cierto que he variado algunos ingredientes porque me resultan más sencillos de encontrar o porque me interesan por sus propiedades (como el caso de la harina de teff). Sé que muchos veréis que la lista de ingredientes es larga y que algunas cosas son raras como la goma xantana, pero son relativamente fáciles de encontrar en tiendas de productos ecológicos o panaderías especializadas en productos sin gluten. En cuanto al resultado, merece la pena. El pan es sabroso y tiene una textura más cercana a la de un pan con gluten, sin desmigarse y permitiendo congelarlo y descongelar en tostadora de un modo fantástico.